“Pintar como los pintores del renacimiento me llevó unos años, pintar como los niños me llevó toda la vida”.
-Pablo Picasso-
¿Quién dijo que el arte no se puede practicar desde bien temprana edad? Para demostrártelo te proponemos un taller que puedes realizar en casa con los más pequeños: PINTURA DACTILAR EN BEBÉS.
¿Qué pretendemos trabajar con esta práctica? Principalmente el fomento de la coordinación y psicomotricidad fina de manos y dedos.
La psicomotricidad fina es la coordinación de movimientos precisos, de distintas partes del cuerpo. Empieza a desarrollarse sobre los dos meses y a medida que el niño/a va creciendo y practicando diversas actividades evoluciona más rápidamente.
Cerca del año y medio de edad, el/la peque empieza a utilizar los lápices en papel, colocar objetos dentro de un recipiente, etc. Por lo que la estimulación de su aprendizaje en este tipo de actividades le ayuda mucho en su desarrollo motor. Favorecerá que sea más autónomo/a en cuanto a ir al baño solo/a, desabrocharse y abrocharse un botón, subir y bajar la cremallera, comer, vestirse, asearse, etc. Pero sobre todo, esta actividad le/la ayudará a coger seguridad en sus movimientos y mayor control sobre su cuerpo.
Los BENEFICIOS DE EMPEZAR A PINTAR CON LAS MANOS DESDE BEBÉS son muchos. Enumeramos algunos de ellos:
– Le entretiene y le divierte.
– Se empiezan a desarrollar y perfeccionar sus habilidades manuales, gracias a esa estimulación en la coordinación y psicomotricidad fina de manos y dedo
– Trabaja el desarrollo y conocimiento.
– Estimula su razonamiento espacial (visualizar objetos, rotación imágenes, construcción de figuras, descubrir similitudes o semejanzas, etc.)
– Facilita el descubrimiento de nuevas texturas, colores, olores y sensaciones táctiles.
– Si seguimos fomentándoles con este taller, promoverá la expresión artística, su imaginación y creatividad.
– Se convertirá en un medio que facilite la expresión de su mundo interior pudiendo canalizar sus emociones y pensamientos de un modo creativo.
– Le va a proporcionar satisfacción.
– Potenciará su autoestima, cuando llegue el momento de poder hacer una valoración de sí mismo/a.
Se puede realizar en casa, pero debemos tener muy en cuenta es que a pesar de que está muy bien estimularles a realizar este tipo de actividad, también hemos de ser sensibles a sus ganas de practicar esta afición sin forzarle.
Normalmente se suele empezar con 12 meses, pero muchos investigadores nos indican que desde los 6 meses ya podrían estar preparados para disfrutar de esta actividad, todo dependerá del nivel de desarrollo de cada niño/a, que siempre se debe respetar.
Sabemos que en algunas ocasiones a muchos os preocupa que se manchen o se lleven pintura a la boca. Es importante que sepan ensuciarse o mancharse ya que es aconsejable en su desarrollo y su conocimiento. Para ellos, un simple contacto con la pintura y sus colores es una experiencia que aportará mucho a su creatividad.
Mediante la gamificación (el juego) y la experimentación los niños aprenden a hacerse una idea del mundo que les rodea. Pintar con las manos no deja de ser un modo de descubrir su mundo con la posibilidad de desvelar nuevas texturas y sensaciones. Así que dejemos que experimenten con toda naturalidad, sencillamente tengamos paciencia, no hay nada como un poco agua y jabón para limpiar después de jugar.
Para los que tenéis niños más grandes, animarles a que lo prueben y animaos vosotros también a realizarlo con ellos. Es muy importante para ambos, por un lado los padres aprendéis más cosas sobre vuestros hijos, mientras que ellos aprenden los valores que se generan durante la actividad:
- Ganarán en tolerancia, imaginación y felicidad. Aprenderán a compartir.
- Su autoconfianza aumentará, y favorecerá sus habilidades emocionales y sociales.
- Su capacidad de concentración aumentará, gracias a la necesidad de estar atentos.
Para los que son un poquito más mayores, tiene BENEFICIOS EXTRA:
– Estupendo recurso para acabar con lo que es el fracaso escolar.
– Ayuda a disminuir lo que son trastornos del aprendizaje como el déficit de atención.
– Los pequeños con problemas para expresar sus emociones, puedan indicarlas.
– Les sirve para expresar qué sienten realmente, cuando han pasado por episodios duros en su vida, como el fallecimiento de un ser querido. Ayudándoles, por tanto, a la “liberación emocional”.
– Sirve para reducir el estrés y mejorar la capacidad de concentración.
– Ayuda a desarrollar la imaginación y la creatividad.
– Ayuda a su coordinación, sus habilidades motoras, su memoria.
– Mejora las habilidades comunicativas del menor y puede ser útil para aumentar los lazos afectivos con sus padres.
Es importante que cualquiera de estas actividades se realice con música relajante y bajo una luz de ambiente que no se excesivamente fuerte.
¿Qué necesitamos para este taller?
Muy sencillo, no necesitamos más que:
– Pintura de manos 100% natural y no tóxica.
– Una cartulina, una hoja de cartón o una caja de tamaño grande.
– Una superficie donde trabajar (una mesa, el suelo, …)
– Una bata o ropa vieja para que se ensucie sin que nos pongamos nerviosos por ello.
– Un paño húmedo.
Nosotros en este caso lo vamos a hacer con pintura casera SIN GLUTEN, apta para todos y perfecta para acercar a los más chiquitines a la pintura sin tener la preocupación de que se la quieran comer.
Qué necesitas
- 1/2 taza de maicena
- 2 tazas de agua fría
- 3 cucharadas soperas de azúcar
- Colorante para alimentos
Mezcla los ingredientes y calienta la mezcla.
Mezcla en una olla el azúcar, la media taza de maicena y las dos tazas de agua fría.
Caliéntala a fuego medio, dando vueltas, hasta que comience a espesar (3 minutos).
Cuando la mezcla esté algo espesa retírala del fuego.
Continúa dándole vueltas hasta que obtengas una mezcla más espesa, mientras la dejas enfriar.
Añadimos colores
Divide la mezcla en diferentes recipientes y agrega los colorantes vegetales que quieras utilizar. ¡Ahora tienes lista tu pintura!
¡Ya podemos pintar!
Toma un pliego de papel, cartulina o caja para que tu pequeño/a haga sus propias creaciones artísticas, usando sus deditos y sus manos.
Los más pequeñitos seguramente sumergirán la mano entera en la pintura, y les encantará la sensación.
Guarda lo que sobra. En el frigorífico, para usarse en otro momento. Solo habrá que calentarla un poco. No es aconsejable guardarla por más de una semana. No mancha si la limpias al acabar.
La relajación que nos aporta la pintura nos ayuda a conseguir una armonía entre el corazón y la mente.
El trabajo minucioso que supone, nos permite olvidarnos del entorno y que fluyamos, haciéndonos perder la noción del tiempo.
Los niños tienen ciertos recursos importantes que les ayudan a disfrutar de la mejor manera, como son la curiosidad, la gran capacidad para generar nuevas ideas y la imaginación.
¿Te gusta la terapia? ¿La practicarás en casa con los pequeños?
Recuerda, la Arteterapia se puede practicar a cualquier edad, así que poneros manos a la masa y disfrutar de todas las sensaciones que os aporta.
“Cuando un niño te enseña una hoja llena de garabatos, te está mostrando una parte de su mundo, de él mismo”.
-Evi Crotti-